Tras siete años de gobierno militar, Raúl Alfonsín asumió como presidente constitucional de la Argentina. Había ganado las elecciones del 30 de octubre con el 52 % de los votos. Pocos festejos fueron tan emotivos como el de la recuperación de la democracia, en la Plaza de Mayo.
El 10 de diciembre de 1983, Día Internacional de los Derechos Humanos, una multitud lo acompañó desde el Congreso -allí había hablado ante la Asamblea Legislativa- hasta la Casa Rosada, donde el presidente de facto Reynaldo Bignone le entregaría los atributos del mando.
Luego, desde los balcones del histórico Cabildo, el primer mandatario pronunció un breve discurso ante la nutrida concurrencia, mientras que muchos argentinos escuchaban por radio o seguían los acontecimientos por televisión.
1 comentario:
Mi mamá me lo contó que fue conmigo en la panza a festejar porque habían pasado tiempos muy duros.
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