“Hasta los tres años no es un problema, pero a partir de los cuatro, y especialmente desde la edad escolar, el consumo de leche cae de manera notable. En la Argentina, a la pérdida de la costumbre de la merienda se suma el poco hábito de desayunar y eso opera como un reflejo: si el padre se toma un mate y se va a trabajar o se toma un café recién cuando llega a la oficina, ¿qué va a hacer el hijo?”, señaló Sergio Britos, miembro del Programa de Agronegocios y Alimentos de la UBA y Director del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni).
Esta deficiencia afecta durante todas las etapas del crecimiento y desarrollo físico de la persona. “Hasta los 20 años se adquiere la cantidad de calcio máxima con la que va a contar esa persona a lo largo de su vida. Si es una adolescente que consume poca leche va a tener poco calcio cuando tenga 50 y empiece la menopausia”, apuntó Silvio Shraier, ex presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición. "Una de cada 4 mujeres sufre de osteoporosis en la posmenopausia", agregó.
Ver nota completa en Clarín, pág. 26 (9/6/09)
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