"Hay (...) dos miradas posibles sobre el timbre.
Una: el timbre de la escuela tiene un valor funcional: separa los momentos de trabajo unos de otros, y a éstos de los momentos de recreo. Establece coordinación en
tre los movimientos de los diferentes grupos que conviven en la escuela e imparte un ritmo planificado a las tareas. Constituye un organizador, una herramienta de optimización de recursos, un modo eficaz de anticipar y resolver problemas de convivencia y otros derivados de la existencia de espacios compartidos.
La otra: el timbre también es vivido por cada uno como un elemento investido culturalmente. Es una metáfora del modo en que la escuela ha heredado algunos rasgos de las fábricas modernas y es ejemplo simbólico del poder del sistema para unificar la actividad en una simultaneidad generalizada. Connota rigidez y falta de sensibilidad al asociarse a imágenes como aquella de la escuela-máquina-de-picar-carne del film The Wall, o la conocida viñeta de Francesco Tonucci que muestra a la escuela como una fábrica de sujetos idénticos."
Para seguir leyendo este artículo de Daniel Brailovsky (graduado de nuestro PEI)
3 comentarios:
Excelente artículo
Sumamente interesante la parte del timbre como frontera
Gracias por divulgarlo!
EXCELENTE¡¡¡¡¡¡
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